“Si no recuperamos las casas antiguas, perdemos nuestra identidad”
UNA CASA RURAL SENSORIAL EN TRAIGUERA. Rosana Pepio vivió en la casa de sus abuelos durante su primera infancia, se crio en la casa detrás del Campanario de Traiguera hasta los cinco años. Volver a esa casa, siempre le ha provocado un sentimiento i emoción interior muy profundo, dice que todavía recuerda su olor. Había hablado muchas veces con su madre, del esfuerzo que les había supuesto a los abuelos construir la casa, y en particular a su abuela, que valiente como una armada hacía de peón del albañil. La casa estuvo alquilada casi dos décadas, paralelamente “el vecindario del núcleo antiguo, donde no se puede guardar el coche en la mayoría de casa, migraba a la parte nueva del pueblo con más comodidad”. Y ahora, “las casas antiguas o están vacías o se venden, y si no las recuperamos o restauramos perdemos nuestra historia e identidad” De hecho la gente bienvenida al pueblo que han comprado casas en el casco antiguo, han realizado un gran esfuerzo para restaurarlas y mantenerlas, por lo que están contribuyendo a que el casco antiguo no pierda su esencia. Rosana integró la emoción y esfuerzo de su abuela: “Siempre le decía a mi madre que esta sería una casa rural”. Y con las ayudas LEADER encontró la forma de hacerlo realidad. Esta es la historia de como a través de un sentimiento “queda una casa sin peligro de caer, rehabilitada, que mantiene la arquitectura del núcleo antiguo, motor de atracción de gente para el pueblo que por el hospedaje consume los servicios locales, revitalizando el territorio” y cita Rosana que “es un valor que le aporta en Traiguera”.
La Casa del Campanar como casa rural nace de este sentimiento de pertinencia, ubicada en la plaza del Campanario, explica Rosana: “está diseñada pensando en que necesitaba Traiguera y en qué podía diferenciarse. Es una casa que guarda todo el envolvente mediterráneo y lo más natural posible, con una decoración y estilo de mobiliario contemporáneo cómodo y de diseño que genere un -yo me quedo aquí- simplemente al ver las imágenes”. Rosana explica que este contraste la hace especial: “Tiramos toda la casa y dejamos las cuatro fachadas, el exterior y las cuatro medianeras; la fachada antigua estaba lucida y encalada, pero hemos sacado toda la piedra original, guardando las piedras buenas de la reconstrucción interior para la parte exterior, reconstruyéndola y hemos recuperado la arcada con un empedrado natural. Hemos sacado unos voladizos con unas vigas de madera y una balconada grande de cara al campanario. Hemos tratado de conservarla e integrarla dentro de la arquitectura de la zona, es como una fusión que se extiende en el campanario y la iglesia. Tienes una vista privilegiada. A partir de aquí, el interior es de materiales sostenibles y muy naturales; todo combinado con matices modernos, como la barandilla de hierro y combinada con las puertas que son de aluminio negro”.
Se define como “multifacética y funcionaria, trabajo en el Ayuntamiento de Traiguera donde llevo veintiún años y también tengo una empresa donde comercializamos aceite de oliva desde hace diez años” lo que podríamos traducir como emprendedora y asegura que “cuando desarrollas un proyecto te piensas que gastarás un dinero que, después, se multiplica por dos y por tres. En Traiguera la gente no es demasiado emprendedora y desde los GAL hacen muchísima difusión para que la gente pueda empezar sus proyectos”.
“Queremos que los huéspedes que vengan exploren todos los sentimientos de comodidad, paz, tranquilidad y vistas privilegiadas, creando sentimientos sensoriales que pueden venir del olor o tacto de los materiales naturales, como del ruido del campanario. Si todo va bien, las ampliaremos con experiencias: durante la temporada de la oliva”. La Casa del Campanar dispone de dos habitaciones para una pareja o familia, pensada para grupos reducidos.
