Nuestro territorio tiene en sus montañas uno de sus grandes tesoros. Una fuente de naturaleza, de sostenibilidad y también de oportunidades turísticas. Hablamos de todo esto con uno de nuestros promotores, Pau Fabregat Beltran, guía de montaña y de turismo a través de la marca Maestrat Experience. Fabregat está comprometido con un turismo accesible, sostenible y responsable que ayude a un mundo mejor, y desde el GAL Maestrat Plana Alta hemos sido partícipes en el desarrollo de sus proyectos.
P. ¿A qué sector te dedicas?
R. Soy guía de montaña (media montaña) y de turismo a través de la marca Maestrat Experience www.maestratexperience.com, hago rutas a pie por todo lo Maestrat y estoy involucrado en el sector turístico. A través del blog y las redes hago las #entrevistesalterritori con personas que gestionan cultura, infraestructuras o trabajan en el territorio. Comprometido con un turismo accesible, sostenible y responsable que ayuda en un mundo mejor. Estoy en el turismo para promover la reflexión en el sector y sobre todo hacer más difusión y promoción de la comarca del Maestrat. Siempre hay que tener esta visión social en todo lo que haces, que es lo que te da el valor añadido.
P. ¿Cómo té surgió la idea de emprender tu proyecto profesional en la comarca?
R. Vocacionalmente he tenido la pasión de andar por la montaña desde muy pequeño, y además he sido activista cultural durante 10 años al servicio de la comarca, todos ellos dentro de Maestrat Viu, ayudando siempre desde el inicio y con cargos de responsabilidad hasta su consolidación. Profesionalmente he sido agente de ocupación y desarrollo local en el Ayuntamiento de la Serratella, uno de los más pequeños de la comarca, donde durante 7 años estuvimos al servicio del pueblo y de donde guardo muchos buenos recuerdos. El activismo cultural me ha ayudado a conocer muchísimo nuestra comarca y su gente. La profesión también te ayuda a abrir el campo de acción y tener una mirada diferente desde la Administración. La idea de emprender une mi parte vocacional y profesional, de pasión por el territorio y de aprecio y servicio público en la comarca desde otra perspectiva para el sector turístico, un sector donde hace falta mucha reflexión y análisis para un territorio como el nuestro en el que todo está por hacer, y por tanto todo lo podemos hacer bien.
P. ¿Cuáles han sido las principales dificultadas con las que te has encontrado para poner en marcha tu negocio?
R. Para emprender hace falta tiempo sobre todo, para analizarte tú y para analizar tu entorno. Y por desgracia tu mirada no es válida y hay que tener en cuenta otras opiniones. En este sentido siempre tendré palabras de agradecimiento hacia la Fundación Biodiversidad y el Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas por incluirme dentro de sus respectivos programas de mentoring, los cuales me ayudaron a madurar y pivotar la idea de negocio. Por lo tanto, tiempo es dinero, pero es un tiempo necesario y valioso, nunca perdido. Ser flexible y abierto a otras opiniones no es fácil, y más todavía cuando tienes una idea, pero con todo esto el activismo cultural también me ayuda, porque aprendes a gestionar personas (sobre todo egos) y a aceptar otras opiniones, al fin y al cabo.
P. ¿Qué té parecen las ayudas LEADER?
R. Inicialmente rechazaba subvenciones. He trabajado mucho con subvenciones y no me gustaba nada la idea de hacer depender mi negocio. Considero que las subvenciones son perversas porque pervierten los objetivos de las ideas y son un brindis más al sol de la política. Los fondos LEADER han tenido muchas variables, desde sus inicios no se aplicaron con la misma intensidad en todo el territorio rural valenciano, lo cual las sembró de discriminación y polémica. Además, sirvieron sobre todo para reformar y rehabilitar los primeros inmuebles para turismo rural: inmuebles que, todo sea dicho, hoy en día son primeras viviendas de sus propietarios. También han ayudado a embellecer los centros históricos de los pueblos, haciéndolos más atractivos al turismo. Y en esta fase parece que se han abierto más a la sociedad que no a la Administración, lo cual es de celebrar también. El uso que históricamente la Administración ha hecho de estas ayudas parece que ha sido más para la cosa turística que no realmente para mejorar la calidad de vida de la gente (exceptuando casos). Una verdadera lástima porque son ayudas importantes.
P. ¿En qué te ha ayudado el Grupo de Acción Local Maestrat Plana Alta?, ¿Qué ha sido lo más positivo de tu experiencia con nosotros?
R. Marta, la técnica, me ha ayudado en todo el que ha podido. Y tengo que agradecer su predisposición porque como he dicho, en un principio no quería pedir ninguna subvención, pero gracias a ella, al Cedes de Vall d’Alba, y al amigo Ferran Monferrer Claramonte (D´Armela www.darmela.com) me hicieron valorar esta opción desde un criterio racional.
P. ¿Cómo valoras trabajar en la comarca?
R. Trabajar recorriendo y enseñando a querer y valorar la comarca del Maestrat es un placer y un auténtico privilegio. Somos muy afortunados de vivir donde vivimos. El trabajo de guía te permite unir la vertiente humana de relación social con tus clientes mientras les interpretas y enseñas el territorio, el paisaje. Y el Maestrat es un territorio de montaña con unos pueblos que son un tesoro y que tienen un potencial increíble. Si a todo esto unes las sinergias con otros compañeros que trabajan por la comarca desde el sector primario, el resultado no puede ser más que alentador. Yo prefiero vincularme a ellos, puesto que realmente ellos son los héroes y las heroínas, los que aportan valor añadido, y nos tenemos que ayudar entre todos.
P. ¿Puntos fuertes de trabajar en la comarca, y puntos débiles?
R. Puntos fuertes: Todo está por hacer y todo es posible, y yo contribuyo desde un turismo accesible, sostenible y responsable. Puntos débiles: por desgracia, el Gobierno Valenciano destina mucho dinero solo para promover el monocultivo turístico en detrimento del sector primario que es lo más importante para lo rural, o incluso hoy en día, donde todos los esfuerzos presupuestarios tendrían que ir encaminados a luchar contra la pandemia, se dedican a inventar nuevas marcas turísticas a través de planes de competitividad turística, en plena pandemia! Turísticamente, el Maestrat, un territorio con más de 30 municipios, en lugar de proyectar una imagen turística global conjunta, su oferta turística se encuentra diseminada en 3-5 plataformas de difusión, sin tener en cuenta el litoral, donde cada uno hace su guerra. Falta planificación turística y acción conjunta, unidad. Además, el intrusismo en el oficio es una constante, sí que es verdad que ha habido multas, pero echo de menos más control y regulación sobre esta cuestión, estamos bastante desamparados.
P. ¿Hay algo que eches de menos respeto a una ciudad?
R. Si quieres que te diga la verdad, lo único que echo de menos y que no puedo hacer en el pueblo es juntarme con 15 o 20 compañeros y jugar a fútbol. Aquí el deporte también es cortar y recoger leña, hacer paredes de piedra, desbrozar, arreglar balsas, jeje… Hace dos años te hubiera dicho que también me hacía falta Internet de más calidad, fibra óptica, banda ancha. Ahora ese problema por suerte ya no lo tengo. Aun así, que yo no tenga ahora este problema en mi pueblo, Vilanova d’Alcolea, no quiere decir que este problema sea por desgracia, vivo y real todavía en muchas partes del Maestrat, y que es una vergüenza que la clase política todavía no lo haya solucionado: ni esto ni la cobertura de telefonía.
P. ¿Cómo es la calidad de vida en el pueblo?
R. Muy buena. Tenemos lo que tenemos, y lo tenemos bien. La vida va muy unida al ritmo que nos marca el sol a lo largo del año, en invierno la vida es más íntima y recogida, más reflexiva, e invita a pensar. El resto del año vivimos más fuera de casa que dentro. Vivir en el pueblo es la mejor manera de conocerse uno mismo y estar más cerca de la naturaleza, el ciclo de la vida. Nuestros biorritmos van acompasados con la naturaleza. Armonía pura.
P. ¿Qué le dirías a alguien que se esté planteando dar lo paso de volver o quedarse en el pueblo para iniciar su proyecto empresarial?
R. Que se lo piense bien. Que emprender no es un juego: hace falta tiempo y dinero. Y pensar mucho y bien. Y escuchar mucho y ser abierto y flexible a las opiniones de los otros. Ser autocrítico con todo y sobre todo con uno mismo. Emprender en lo urbano o en rural no hace la diferencia en un mundo con un mercado tan global y globalizado.
P. Haz una valoración de la experiencia junto al Grupo de Acción Local, cualquier cosa que no es puedas contar no es ayudará a seguir mejorando.
R. Puntuación: 8. Algo a mejorar… Quizás en mi caso, y para ahorrar papeleo, hubiera estado bien poder incluir las dos anualidades en un mismo documento, puesto que las inversiones ya se habían hecho y estaban justificadas.
Una reflexión general a las administraciones. Tienen que dejar de impregnar sus normativas, leyes, de urbanocentrismo que va en detrimento del rural, no se puede pedir lo mismo en una ciudad que en un pueblo. A realidades diferentes, soluciones diferentes. A mí no me pueden pedir en la subvención el requisito de una tienda física porque no tiene ningún sentido tener una actualmente, donde el volumen de ventas está en Internet. O también una tienda física como requisito porque el estudiantado pueda hacer prácticas de FP de turismo. Todo esto va en contra del progreso rural. Hace falta un cambio de paradigma hacia lo rural.
Este cambio, de alguna manera sí que lo he notado en las ayudas LEADER. Es evidente que me refiero a las administraciones superiores, que son las que viven más desapegadas del sustrato rural, y son las que se tendrían que reestructurar y suprimir algunas, vertebrándolas con el territorio. Las administraciones locales trabajan muy bien, y siempre están para ayudar a la gente del territorio. Para mí tendrían que estar mejor dotadas presupuestariamente porque son las que dan la cara al ciudadano. Servicio público en estado puro. A los productores del sector primario se les hace la vida imposible con trámites y papeles, y parece que si quieren hacer su proyecto de vida en el pueblo, todavía se les complica más con autorizaciones, etc. Esto tiene que cambiar. Falta reciprocidad y proactividad, escucha activa de la Administración al sector.
Los agentes de ocupación y desarrollo local a día de hoy han pasado a ser, literalmente, personal administrativo. En algunos casos más técnico que administrativo, en la mayoría administrativos. Se ha perdido la parte más imaginativa y creativa. La mayoría se han dejado chupar por la corriente burocrática. Es una lástima que se desaprovechen sus perfiles. En la administración no hay reflexión, el día a día se impone. No hay balances ni autocrítica. Y así es difícil mejorar y se enquistan ciertas maneras de trabajar, convirtiéndose en vicios. Y como siempre mi sensación general que la Administración hace la suya, y derrocha el dinero, cada 4 años, esa es su visión. Para nada le interesa las opiniones de la gente del territorio porque le incomodamos.
