“Tras seis generaciones, ofrecemos en nuestra masía un producto diferente dentro del turismo rural”
DORMIR EN UN EDIFICIO DEL SIGLO XIV. El norte de la provincia de Castellón está repleto de vestigios que remiten a la historia de un lugar que aún tiene mucho que contar al visitante. Un ejemplo de ello es el Molí Hospital de Rossell, un edificio cuyos datos más antiguos llegan del 1332 (s. XIV) y que, tras seis generaciones y entrando ya en la decadencia de los años y los envites de la climatología, desde hace nueve meses, se ha convertido en una casa rural con encanto. “Las estructuras de madera con los techos de teja de los molinos de aceite y harina y de la fábrica de papel se debilitaban y en una parcela tan grande, donde hay 3.500 metros cuadrados de construcción, los gastos de mantenimiento son inmensos”, explica Santiago Vidal, el gerente del establecimiento. Y añade: “Nos hacía mucha ilusión hacer turismo rural aquí, vi la ayuda de los fondos Leader y decidí que debíamos aprovechar esta oportunidad porque yo solo, imposible”.
El Molí Hospital atrae al visitante por su edificación y entorno, además de las actividades que presenta. “Ofrecemos un producto diferente. En esta zona, la mayoría de casas rurales están dentro del pueblo, pero la nuestra se encuentra rodeada de naturaleza”, describe Vidal. Un contexto muy especial al que se suma una de las propuestas que, sin duda, marca la diferencia: las excursiones a caballo. Y es que en la hípica situada junto a la casa rural mayores y pequeños pueden disfrutar de los equinos y, en el caso de los niños y niñas, también de los ponis. La guinda la aporta el edificio en sí mismo, donde las paredes de piedra, testigos del paso de los antiguos propietarios, se combinan con las comodidades del mobiliario actual, regado con unas elegantes dosis de modernidad en sus elementos de decoración. En las paredes del comedor y la sala de estar, como si de un museo se tratara, los clientes se encuentran con unas pinturas murales modernistas, una de las ‘joyas de la corona’ del enclave. Tal y como relata este emprendedor: “Se trata de unas piezas de finales del 1700, recientemente restauradas, que eran de un indiano al que perteneció el Molí. Hacen referencia a los viajes que hizo por el mundo. Todo un tesoro imposible de encontrar en otro espacio de estas características de la zona.
En la actualidad, la masía cuenta con 16 plazas y el balance de sus primeros meses de actividad es “muy bueno”. “Hemos tenido bastante gente de la Comunitat Valenciana y también de la zona de Cataluña”, explica Vidal. “En la mayoría de los casos se trata de familias, que es el segmento al que nos dirigimos”, indica y añade que llegan en busca de tranquilidad, desconexión… y disfrutan también de rutas en bicicleta, escalada y del recorrido por el río Sénia, que une 10 municipios de alrededor de la construcción. “Por ahora, estoy muy satisfecho porque solamente hace tres meses que tengo la página web activa y, en verano, todos los fines de semana hemos estado llenos”, resume.
El Molí Hospital no es un proyecto cerrado. De hecho, Vidal se plantea la ampliación de las plazas para pernoctar disponibles. Además, ya ha sumado servicios a los de casa rural propiamente dicha y también la ofrece para la celebración de eventos como bodas, bautizos, comuniones o cumpleaños familiares en los que los invitados pueden disfrutar de los recorridos a caballo o poni.
“Gracias a la ayuda del Grupo de Acción Local (GAL) Maestrat-Plana Alta conseguí unos fondos con los que logré amortizar el préstamo que había pedido para hacer esta idea realidad. Ahora, mi sueño es vivir solamente de esto”, destaca. “Emprender en el interior aporta tranquilidad, pero quien lo elija debe de ser consciente de que no es fácil y se tiene que trabajar”, concluye.